La operación especial de la Federación Rusa para frenar el avance de la OTAN en territorio ucraniano ha generado una sacudida en el orden mundial. La provocación de los EE.UU. ha dado los resultados esperados y la Unión Europea toma distancia de Rusia, lo cual genera una dinámica de fractura global. Los expertos del banco Goldman Sachs produjeron un informe donde afirman “Ahora, debido a la invasión y los fuertes lazos entre China y Rusia, el desacoplamiento, o desglobalización, probablemente ocurrirá más rápido, y no solo en la tecnología, sino en términos más generales, incluidos los productos básicos y las monedas”.
La expulsión de Rusia del sistema Swift de transferencias interbancarias y la expropiación por parte de los países del G7 de las reservas de divisas rusas inician un terremoto de proporciones bíblicas. Zoltan Pozsar, jefe global de estrategia de tipos de interés a corto plazo de Credit Suisse, y antiguo funcionario de la Reserva Federal y del Departamento del Tesoro de EE.UU. afirma tajantemente que ese día terminó el actual régimen monetario. Estas medidas han empujado a Rusia a velocidad acelerada a entrar en la órbita del yuan renminbí (元人民币 significa “yuan moneda del pueblo”). El banco VTB de Rusia lanzó la apertura de cuentas de depósito en yuan chino con una tasa anual de hasta el 8% en medio de la volatilidad en el mercado de divisas y la prolongación de la guerra en Ucrania.
Pozsar afirma que «Cuando esta crisis (y la guerra) termine, el dólar estadounidense debería ser mucho más débil y… el renminbí/yuan mucho más fuerte, respaldado por una cesta de productos básicos». Describe esta guerra como una “tormenta perfecta” que podría debilitar el sistema del EUR/USD, contribuir a la inflación en las economías occidentales y amenazar la estabilidad financiera.
China no abandonará a Rusia, de la misma manera que los EE.UU. sostendrán a Europa. La solución norteamericana para dar respuesta a las necesidades europeas de dólares será la emisión, con lo cual la inflación seguirá avanzando en Occidente. Por su parte China, a través de su Banco Popular, puede emitir o bien vender letras del tesoro, según analiza Pozsar.
Analistas del Atlantic Capital afirman por su parte que a diferencia del occidente capitalista, China obtendrá algo de protección frente al aumento de los precios de las materias primas que amenaza a otras economías. Aislada de gran parte del mundo, Rusia se volverá cada vez más dependiente de China para que le compre su petróleo y productos agrícolas. “Eso debería darle a China la ventaja en precios y términos, lo que podría ayudarlo a alejar más el comercio del dólar al renminbí” afirman.
No solo Goldman Sachs predice el avance del yuan, analistas del Morgan Stanley creen que el yuan chino será la tercera moneda más importante en los próximos 10 años detrás del dólar estadounidense y el euro.
Los cambios en este sentido se dan de manera acelerada en el mundo, la realeza Saudí está considerando usar el yuan para sus ventas de petróleo a China, en el marco del descontento por la falta de apoyo en su guerra contra Yemen y la sorpresiva retirada estadounidense de Afganistán del año pasado.
Pozsar plantea un Bretton Woods III respaldado por materias primas, con un dólar débil, un yuan fuerte y un bitcoin beneficiado al fin de la guerra Rusia-Ucrania.